un vasito de alegría
medio kilo de entusiasmo
unos gramos de tenacidad
unas hojas de ilusión
un chorro de rebeldía
una pizca de realidad
angostura de valor
unas gotas de confianza
un ramito de locura
y fruta de la pasión.
un vasito de alegría
medio kilo de entusiasmo
unos gramos de tenacidad
unas hojas de ilusión
un chorro de rebeldía
una pizca de realidad
angostura de valor
unas gotas de confianza
un ramito de locura
y fruta de la pasión.
imágenes
desteñidas diluidas en la retina del mañana.
Todo será recuerdo,
memoria
fugaz.
Pasado.
Todo pasado.
Aprehender en un instante el vértigo, la entrega
guardar encerrado en el cofre del mañana
el arrebato intrépido que alcanza cúspides
vertido en mí.
Tu aliento feroz recorre la inmensa llanura
en aullido legendario que abarca estrellas.
Somos más que el trepidar salvaje
que sacude en escalofrío la piel
más que el encuentro tórrido entre sábanas de seda
más que el deseo que estalla vertiginoso en el encuentro
embriagados del olor de nuestros cuerpos.
Plenos en la plenitud de un todo
cuerpo y alma, voluntad y cerebro
cobijados en ternuras
desordenamos el tiempo.
Se
me ha puesto seria el alma entre orvallo y brumas de silencio que ruedan loma
abajo manchadas por el verde del camino.
Es de atardecida cuando rola el viento de poniente estrellándose en las nubes que aplastan los sueños.
Se arrastran, mortecinos, los gritos de las niñas abandonadas a su suerte y una campana monótona llora su desconsuelo, hora tras hora, gota a gota, acompañando el duelo.
La rabia se suma al dolor y el dolor a la impotencia. Tristeza, todo es tristeza.
planea tu sombra de ámbar.
Recogidas las huellas de tus pasos
en el deslizar suave del viento.
Aposentas
el roce de tus manos
viajeras sobre mi cuerpo,
remontas barreras
y te haces luz para mí.
Las angostas laderas de la realidad
descarnan tu esencia bruñida al sol
te estremeces, envuelto en mis brazos
cadenas de tiempo y olvido.
Desde donde el alma duele
en los albores del universo
vibras desnudo de ti
y acometes la última embestida.
Fuego y vértigo
viertes tu semilla profana
agua y barro
forjando amaneceres.
Tiemblo aterida entre tus brazos
cerco de niebla que aleja realidades
me zambullo en el latido de tu voz
que deshace en su cercanía los miedos.
Cobra significado la vida al compás
de tus deseos, múltiplo de dos
y el tiempo detiene su marcha
dormido entre tus labios.
Cada cual arrastra su cadena de cadáveres ungida a los pies.
Cada quién enarbola banderas de supervivencia gritándole a la nada.
Huéspedes forzosos del mundo gris que extiende sus miserias.
Islas en el mar de la soledad.
Briznas de hierba en la pradera insólita de la vida.
Islas.
Distancia, fue el nombre
Lejano, el apellido
el resultado. Indiferencia.