jueves, 6 de septiembre de 2018

Amor correspondido-Elegía



Tanto le quería el mar,

que le acunó en sus brazos como a un niño dormido.

 

Tanto le quería la luna,

que prendida de su cintura, bailó con él sobre las olas de plata.

 

Tanto amaba la existencia,

que sucumbió en plenitud, vela y capitán en el bajel de su cuerpo.

 

Tanto quería al mar,

que se entregó sin reservas, jinete voraz sobre montañas de nácar.

 

El mar le llamaba y él le respondía,

tendiendo su verde mirada sobre las olas bravías.

 

Tanto quería al mar,  y el mar tanto le quería,

que una incipiente mañana,

en tributo agradecido le regaló su vida.

 


                                                                         a mi padre