Alternar
los espacios de sosiego
con el ritmo trepidante
cara y cruz, yin y yang.
Sin la comparación, no existe armonía
sin la noche el día no sería luz
sin guerra no existiría paz
sin esfuerzo previo
no sería posible el descanso.
Frío y calor, presencia y ausencia
blanco y negro y en el centro
rellenando los espacios
el abanico abierto que acerca extremos
permeable al devenir del tiempo
donde la vida transita
de la noche a la vida
de la luz al viento.
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