Todavía no me conoces
reconoces, amor.
No tienes que buscar
pretextos ni
excusas.
No tienes que ponerte a cubierto
de supuestos agravios.
Infundados motivos no alteran
mi ánimo.
No creo fantasmas donde
no existen sombras.
No busco confrontaciones
de sexos.
Soy desde que me
conozco
un alma libre
que ignora los
subterfugios.
Blanca y ancha me abro a la vida.
Brindo, en correspondencia
a quien me acompaña
confianza y entrega
transparencia y libre albedrío.
Pretendo, tan sólo, las
mismas
reglas de juego
para disfrutar juntos
de la travesía.
Si es de tu apetencia,
acompáñame.
Si no lo ves claro
prosigue tu marcha.