Mis balcones se han vestido de colores
para
alegrarme el alma, saben
que
echo de menos el silencio, la montaña
los
espacios abiertos, la quietud
la calma, cuando
en el monte, a la tarde
desovilla
su esperanza, saben
que
sueño con playas azules
de
arenas blancas, que extraño
andar
por los bosques
y
bañarme desnuda en los arroyos
cual ninfa de plata
por eso mis balcones para alegrarme la cara
se han vestido de colores, púrpuras, rosas, violetas
amarillos,
granas, envueltos en el verde
verde
de hojas y plantas que se mecen
en
la brisa cuando el céfiro acompaña
y
me brindan compañía y cuando las miro
me
hablan, y me saludan alegres
cuando
baño su elegancia vestida
con
mil colores que colorean mi casa.
Mis
balcones se han puesto brillo
en
la cara y rubor en las mejillas
para
alegrarme el alma.
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