Duele
tu regreso lánguido tras la derrota diaria.
En los albores del día empuñas las armas
y
partes a la contienda
corazón
y cerebro en punta de lanza,
vibra
en metálico la puerta tras tus pasos
como
clarín de bronce que alienta tu batalla,
enaltecido, te enfrentas, a la lucha discontinua
que
rompe esquemas,
y
haces honor a tu blasón esgrimiendo coraje y osadía
Dejas, en
incontables escaramuzas, la piel, en busca del triunfo.
Al finalizar la tarde, vuelves, abandonado de ti,
huella
esquiva en peldaños de madera.
Mañana será diferente.
Siempre hay esperanza.........hasta el final de los tiempos.
ResponderEliminarFor ever and ever. Gracias Dalila por venir a visitarme. Un beso!!
ResponderEliminar