Me
eclipso como la luna.
No quiere decir por eso que desaparezca
simplemente me oculto.
La
luz brillante, la blancura inmaculada
la candidez intocable del alma
persiste,
está, es. Soy.
A pesar del nubarrón oscuro
que opaca, engañado por el aparente
espejismo de la falta de luz.
Permanezco.
Simplemente, me sumerjo en la placidez
evadiendo sinrazones.
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