Los
hombres juegan con un palo en las manos y lanzan bolas
que
se disparan como cohetes sobre el cielo azul
dejando
una ráfaga apenas perceptible en el éter.
Testosterona
latiendo en la vena que engorda por el esfuerzo.
En
realidad, juegan a ver quién la tiene más larga.
Los
hombres juegan a impulsar canoas con la fuerza de sus brazos
competencia
deportiva lo llaman en un alarde de egocentrismo.
Ellos
siempre juegan, como niños que proyectan su meada al viento
mirándose
de reojo para ver quién llega más lejos.
Cuestión
de hombría parece que es la cosa.
En
realidad, juegan a ver quién la tiene más larga.
Como si eso fuera lo importante.
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