Me
enamoro cada primavera, su despertar me contagia y me hago temblor, fuego,
exaltación de los sentidos, deseos de aventura. Recorre mi cuerpo el viento
blanco que llega desde la sierra y rompe el maleficio. ¡Sí! ¡Me enamoro cada
primavera! No importa cuantas sean las que lleve sobre este planeta, mi esencia
vibra con la llamada ancestral de la tierra. La pasión se extiende a mi
alrededor y yo palpito con ella.
Me enamoro, con cada primavera
despierto en arrebato de campanas
estallo como las flores y las aves
que sacuden la piel adormecida.
Me abro al prodigio
de la naturaleza
como un torbellino, sacudo cimientos
destierro el polvo de los rincones y
agito las bridas nerviosas del tiempo.
Robo caricias que
inundan espejos
copulan las ansias en locos abrazos
estallan encuentros en la plenitud
que rompen el frío y abrigan los sueños.
Me enamoro cada primavera
y en cada primavera, encuentro
tu aliento, libando, como un dulce
almíbar, de la fuente de los besos.
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