Busco al río desde esta tórrida ciudad de cemento y ladrillo
brazo húmedo y largo serpenteando entre colinas
verde frontera, abrazo fértil, que fecunda las tierras.
Anhelo el vapor impregnado en el aire
la brisa suave que despeja la frente
los largos prados dormidos en las montañas.
Persigo, en la tórrida ciudad del lamento vespertino
entre olas de calor y angustia, un espejismo.
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