El final del camino
Tu loca huida
se ha estrellado, atónita
El final del camino
Tu loca huida
se ha estrellado, atónita
los orificios amorfos de la nariz avientan el aire
la pupila dilatada el gesto anhelante
por la comisura de la boca escurre procaz la saliva
proyectas los labios bulbosos y escudriñas alerta
el cuerpo en posición de avanzar
la mano tensa presta a deleitarse
en la oquedad del sexo
la lujuria asoma bizqueando tus ojos
y atrapa tus sentidos
más allá de las conveniencias.
Repasas el plan, elevas la lanza
esgrimes sonrisa, sueltas la lengua
y atacas, todo lo demás se borra
sólo estáis, tú y tu presa.
impávida
figura recortada contra la pared
el
espejo rebota tu imagen casi yerta
estatua
pálida
sonrisa
eterna que el tiempo no borra
inspiración
eterna,
cuerpo
de mujer
si encontráis su mirada
vagabunda buscándose en los espejos
si oís su voz amable
deslizarse en vuestro oído
si acaso intuís que
está cerca
y una figura al pasar
se asemeja a él
llevadle mi aliento
dedicadle vuestra mejor
sonrisa
tendedle la mano
está solo
y anda perdido.
Desarrollando
ternuras y ganas de vivir
desde
su terrenal escepticismo
descubre
cada mañana
el
surtidor de invierno
acodado
en la baranda
a su paso
Algo nace cada día
en
el pliegue estatutario de su frente
cuando
aborda la fiel compañía
asomada
en el leve golpe del tacón
afianzado
sobre el asfalto
a su paso
El
balanceo cómplice
mueve
la fraternal dimensión
acompasado
con el verde,
agridulce
distancia que enardece a ratos
el
latido opaco del pasado anfitrión
con
su paso
con la persona equivocada
en el momento equivocado,
en un tiempo equivocado.
Es rotundamente consciente
del traspiés que distorsionó
su andadura, sin ambages
confundió metas, mató ideas.
Tenaz corredora de fondo
anduvo envuelta en nieblas
rectificó sueños rasgando
la cortina de los miedos.
Tarde, demasiado tarde
para enderezar el
rumbo
para inventar un principio
y empezar de nuevo.
Escogió el camino equivocado
en un tiempo equivocado
el vértice, el anclaje
en ella convergen el
ayer y el ahora,
el pasado y el mañana.
Posición avanzada en la
estepa,
refugio de calma en la
revuelta
andamio y cueva,
fortaleza y abadía.
Así es mi casa,
abriéndose generosa
entregada y cautiva, lazo
y martillo
anhelo y refugio,
dicha.
Mi casa, la casa del
encuentro y la partida
del abrazo y la pérdida
del desconsuelo y el
beso,
refugio permanente en
el calor de los sueños
Mi casa, dónde estoy,
por si vuelves,
por si anhelas, por si
quieres, por si esperas
Esta casa hecha a
ternuras
resistente a los
recuerdos.