A veces echo de menos
es inevitable
escapar a rincones oscuros
tú y yo
cadencia y melodía
alma y piel
expuestas
temblando al
ritmo del son.
Echo de
menos la guaracha y el danzón
la picardía
y el éxtasis
la luz,
extendida hasta el infinito.
Contigo escaparon las sombras
y se
hizo el amor desvarío.
Por eso
es inevitable
echar de
menos la huida
al
compás del balanceo.
Música en
armonía
cuerpos en delirio.
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