Floto en el halo sutil que envuelve mis horas
oculta entre paredes de sombras.
Percibo el deslizar de los minutos
repiqueteando en el tic tac de los relojes
que marcan espacios sin huellas
y abro los oídos al silencio
aturdida por la nada que acecha voraz.
Extiendo la mirada en busca del punto de apoyo
y encuentro la nebulosa
que convierte en bruma los pensamientos.
Todo se diluye en el contorno eléctrico
de la noche sin estrellas y me dejo,
dejo que me invada la niebla blanca
que aturde los sentidos.
Preciosa poesía..
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