Cuando
se acaben los ruidos me quedaré hueca como una cáscara vacía
seré una sombra rebotando en las paredes limpias de tus huellas
sortearé los escollos desde las alturas como un dron que olvida los espacios
y
buscaré estigmas ancestrales en las marcas de tu piel inexistente.
Cuando
el silencio invada las calles partiré, desdoblada de ti, hacia la nada
haré
surcos que sirvan como sementera a las palabras no escritas
voltearé
campanas que repiquen a duelo por los que siempre amamos
y
obtendré lágrimas de consuelo en las cuencas serenas de tus ojos grises.
Cuando
el tiempo doble las esquinas descubriré nuevos horizontes
reafirmaré
mi paso calcinado en las arenas movedizas de tus desiertos
vadearé
las riberas de tus ríos en barcas de luz dormida sobre tus aguas
y
en el ocaso aullará mi voz teñida de acentos en un canto solitario y feroz.
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