Si
no tienes quién te frote la espalda
cómprate
un cepillo de mango largo,
no
es igual, pero funciona.
Si
no tienes quién te frote la espalda
cómprate
un cepillo de mango largo,
no
es igual, pero funciona.
brazos
tendidos a los que a mí se acercan
lazos
de unión se trenzan en mi cabeza
pensando
en los que el destino separa por fuerza.
Labios de concordia y confianza fiera
ambición
de sonrisas en miradas externas
luz
en las sombras para los que velan
claridad
de miras en las mentes obsoletas.
Lanzo
mis ganas hacia los que sin tregua pelean
contra
la adversidad del sufrimiento que cerca
refugio
de amor, lago de plata, bálsamo de estrellas
para
calmar los ardores de aquellos que esperan.
Me he quedado muda
como las calles
como las casas
como las ciudades
como los pueblos.
Me he quedado muda
de ideas
de palabras
de sustento
una emoción
desconocida
habita
mi cuerpo.
Soy un animal al acecho, somos como animales que vigilan a los que nos cercan, atentos a lo que ocurre a nuestro alrededor, expectantes, quietos.
Cuando lo impensable se hace realidad, las imágenes se multiplican en pantallas incontroladas y por todo el orbe de la Tierra se extiende el mismo sentimiento de indefensión, el alma enmudece en la sensación de estupor que acompaña los días y las noches, de este presente irreal, sacado de una película de Ciencia Ficción.
mi
boca, calmada la sed
se
pliega degustando tu saliva.
Noche de aullido y temblor
de
duplicar tus ansias en mi cara
de
desdoblar intrépidos los cuerpos
de vaciar en la cúspide las ganas
de
matar de amor en los encuentros
y
morir de gusto entre tus manos.
Amanece
en la cúspide del mundo
colmados
los ardores de mi vientre
vaciados
tus anhelos en mis ganas.
La
sed, saciada, a golpes de amor.
Romper
una
lanza
en
favor
de
la vida
deconstruir
burdas
inexistencias
hundir
la
voz
en
el fragor
de
la batalla
alzar
las
manos
arañando
las
estrellas
volcar
el
vacío
colmado
de
sombras
bailar
el
sueño
imposible
y
volar
sin
alas
ni
metal
al
centro
de
tu universo.
Donde se quiebran las olas brota tu recuerdo
escondido entre arenas y espuma blanca.
Cárcel de tu alma el cuerpo varado
se mece en un compás roto por la ausencia.
De
nuevo tu sonrisa asalta la memoria
buceando en la profundidad de los años perdidos.
Hacia
qué océanos de luz batiste los brazos
caballo de bruma y silencio.
Por qué parajes de olvido desovillas tus sueños.
Me llega tu perfil nítido contra el fondo de los valles.
Transitas
en calma las verdes praderas,
las altas montañas, los senderos de la sierra.
El morral al hombro, la sonrisa presta.
Instantáneas
que atesoran las neuronas.
Tu caminar seguro, tu mirada serena,
tu alma de niño, tu admiración. Mi tristeza.
Te quedaste dormido, tirado en la arena
rompiendo demasiado pronto tus lazos con la tierra.
Te busco en tu nombre. Te grito en la naturaleza,
te convoco en la noche para mitigar la pena.
La
que no dejo que brote, la que amarro a
mi pecho,
desoyendo sus gritos sin bajar la cabeza.
Te busco en los tintes sombríos por las calles madrileñas
de este Noviembre maldito donde todo me recuerda
el instante en que te fuiste, delfín sobre las olas,
prendido en una pirueta. La final. La postrera.
A mi padre
Cuando
se acaben los ruidos me quedaré hueca como una cáscara vacía
seré una sombra rebotando en las paredes limpias de tus huellas
sortearé los escollos desde las alturas como un dron que olvida los espacios
y
buscaré estigmas ancestrales en las marcas de tu piel inexistente.
Cuando
el silencio invada las calles partiré, desdoblada de ti, hacia la nada
haré
surcos que sirvan como sementera a las palabras no escritas
voltearé
campanas que repiquen a duelo por los que siempre amamos
y
obtendré lágrimas de consuelo en las cuencas serenas de tus ojos grises.
Cuando
el tiempo doble las esquinas descubriré nuevos horizontes
reafirmaré
mi paso calcinado en las arenas movedizas de tus desiertos
vadearé
las riberas de tus ríos en barcas de luz dormida sobre tus aguas
y
en el ocaso aullará mi voz teñida de acentos en un canto solitario y feroz.
Callar
y escuchar
mi
nueva lección de vida
a
estas alturas
aprender
a cerrar los labios
y
abrir los oídos.
Frenar
el impulso
abrir
la mente en un abrazo
empaparme
de las palabras
callar
y escuchar
Algo
que todos
deberíamos
aprender.
Lo
que los demás perciben.
lo que percibimos nosotros
la
imagen rebotada en los espejos
la
ensoñación de nuestra esencia
proyección
del yo desconocido
lo
que ven los otros.
No
siempre fue el silencio lo que habitó esta casa,
ni
el olor a musgo corrompiendo las paredes.
Por
sus habitaciones escalaban el temblor y la brisa
con
apremios de juventud al abordaje.
Todo
era mañana en la mirada que asaltaba fronteras
sendas
inexploradas en el azul de los mapas.
El
mundo era el camino y la ofrenda
la
puerta abierta
la
escalera que ascendía a los cielos.
No
siempre fue el silencio lo que habitó esta casa
ni
el trepidar de las máquinas rompiendo las aceras.
Por
sus estancias acampaban el amor y la locura
ceñidos
con brazos de terciopelo.
Acudían
desordenadas las sonrisas batiéndose en duelo
y
la dicha azuzaba la sombras donde recoger los besos.
El
porvenir era el armazón de un todo
puente
al infinito
el
futuro un derroche de anhelos.
No
siempre fue esta casa una callada sementera
ni
un desfile descarado de las horas.
Por
sus espacios deambulan los sonidos dispersos
poseyendo
la voluntad del tiempo.
Crecen
desenvueltas las palabras
arropadas
por las voces de los que se fueron.
El
presente es una fruta en sazón
donde
germino
donde
me expando y crezco.
calma.
La memoria es un puente quebradizo
que
atraviesa las neuronas,
jirones
de niebla, jinetes de luz,
fantasmales
recuerdos, cadenas de sueños.
El presente irrumpe vestido de tul
y
el mundo extiende su mirada blanca
sobre
el ahora que germina en volutas de amor.
Calma en el mundo.
calma
en la mañana de plata
calma.
Escribir
es desenterrar a los muertos
por
eso en estos días ando apuntalando luceros
no
tengo fuerzas para ahondar en la tierra
sacando
cadáveres a la luz de los sueños.
Escribir
es volcarse a sangre y fuego
sofocando
el aluvión insomne de los recuerdos.
Escribir
me arrastra al vértigo de los sin mañana
saltando
enajenada la barrera del tiempo.
Por
eso en estos días ando deshilvanada apuntalando luceros
sin
fuerzas para desenterrar lo que me abrasa por dentro
escarbo
en la nada y me adentro, naufrago en el mar
dejándome
llevar, a la deriva, desdibujada, en silencio.
por
lo que tú no puedes
por
lo que no te dejan
por
lo que te roban
de
este corto paso sobre la tierra.
Tengo que reír con tu boca
despertar
las esperanzas rotas
descerrajar la caja de los truenos
tengo que soñar tus sueños
y
bailar en la mañana
húmeda
de rocío.
Tengo
que aguantar el embate
que
te arrastra en torbellinos
montar
en la espuma del viento
y
arrastrar conmigo tu memoria
Remontar
el vuelo cogida de tu mano
allá
donde el amor nos pertenece
cruzar
la puerta del olvido
y
amarrar el caos de tu cintura
Tengo
que vivir por ti
aunque
el corazón me duela
y
la esperanza me pese
Tengo
que vaciar el alma
y
en el hueco que me quede
abrigar
tu luz.
Si tengo tiempo,
si la vida me concede el privilegio,
te voy a enseñar a bailar sevillanas
a tocar las palmas,
a sentir en tu alma el rasgueo de una guitarra,
a descubrir el arte batiendo en los cuernos de la luna,
a batir las ancas,
a sentir el cimbreo de tu cintura,
a palpitar envuelta en el aire fragante,
madreselvas y claveles.
Si la vida me da la oportunidad
te voy a conducir a la tierra de mis abuelos,
arte tremolando en las venas,
noches preñadas de jazmín
cante y olor a hierbabuena,
en un sortilegio de plata y marfil.
Si la vida me concede el privilegio,
si me regala tiempo,
vas a sentir la zafra de tus caderas,
abonando la tierra.
Despiertan como pajarillos revoltosos
descubriendo la vida alrededor.
Vida que trepida en las venas, en la piel sonrosada
en la luz que irradian sus miradas
olivo y miel.
Ternura de voces tempranas.
Amanecen trinando como pajarillos,
briosos como corceles
blancos de luna.
Se descorre la cortina
del cielo
y el sol se asoma para
verlos pasar.
Vibran como
campanillas de azúcar
tintineando en voces de
cristal.
Despiertan y el mundo despierta con ellos
hecho magia y juego,
esperanzas y aventura.
Danzan y saltan en giros imposibles
revoloteando en su mundo ideal.
Nada estorba su sonrisa
de caramelo
ni el almíbar de sus
sueños.
Cuando mis niños
despiertan,
la vida ríe con ellos.
Avanzar en este incontenible río de la vida
sin dejarme arrastrar tomo impulso
y nado
a la velocidad de la corriente.
Avanzar por el camino sin límite ni freno
sin
importar los días que quedan atrás
fija
la vista en el punto de destino.
Avanzar
en una continua explosión
subiendo, día a día, peldaño a peldaño la escalera
que de nuevo me lleva al punto de partida.
Tanto
le quería el mar,
que
le acunó en sus brazos como a un niño dormido.
Tanto
le quería la luna,
que
prendida de su cintura, bailó con él sobre las olas de plata.
Tanto
amaba la existencia,
que
sucumbió en plenitud, vela y capitán en el bajel de su cuerpo.
Tanto
quería al mar,
que
se entregó sin reservas, jinete voraz sobre montañas de nácar.
El
mar le llamaba y él le respondía,
tendiendo
su verde mirada sobre las olas bravías.
Tanto
quería al mar, y el mar tanto le quería,
que una incipiente mañana,
en tributo agradecido le regaló su vida.
a mi padre
¿Se
habrán borrado, de las paredes, gritos e improperios?
¿Habrá
podido la pátina del tiempo despojar de necedades las estancias,
los
lamentos, las lágrimas, el desaliento que habitaron esta casa
fruto
del desamor y la mentira, de la indecisión, del miedo?
Acaso
el tiempo de la sinrazón desgarrado por el llanto colmó la copa del olvido,
perdieron
su vigencia los aullidos en silencio, la rabia, la aflicción...
los
malos sueños fueron expulsados por el viento libre que exorciza las paredes
por
la música trepidando en ondas, los sonidos armónicos, las voces de los
niños...
Se
renueva la casa relegado el tiempo de amargura y desconsuelo
y
vibra en la plenitud del ahora, despejado y cantarín.
El
amanecer limpio rebota en los cristales armonías
en
la estanqueidad de los paramentos que dibujan alboradas.
Limpias
las paredes de gritos e improperios, de absurdos y dolor
tremolan
libres y castas. Vírgenes de sentimientos, bailan,
abiertas
al futuro que alienta sonrisas
en
esta mañana blanca del mes de Julio.