Quiso marcharse muy lejos
para que no la encontraran
y que sus duros lamentos
no derruyeran su casa
que no hallaras sus huellas
por si acaso la buscaban
dejar sus señas de identidad
tras la puerta sepultadas
quiso borrar todo rastro,
quiso construir barreras
que de él la separaran
para olvidarse de todo
para mantenerse entera
quiso fabricar distancias
para mitigar ausencias
mordió con rabia la almohada
lamiendo el dolor del alma
para deshacer la angustia
que sin piedad la cercaba.
Al final, no se marchó,
aceptó la remontada
no cambió de teléfono,
ni se alejó de la estancia
entendió que para huir
no basta con la distancia
abrigó su corazón
con la ropa del mañana
y se quedó, donde estaba
acariciando los sueños
rodeada de recuerdos
de futuro y de esperanza.